El cerro de la Mica, llamado del Lucero en tiempos de la Guerra Civil era una importante altura de segunda línea en manos de los nacionales. Los fortines de hormigón son de los últimos meses de la guerra.
La zona fue conquistada en noviembre de 1936, cuando las tropas sublevadas de Africa avanzaban sobre Madrid, quedando detenidas a las puertas. La carretera de Extremadura quedó cortada un poco más adelante y la altura del cerro del Lucero o de la Atalaya era un observatorio privilegiado sobre las posiciones republicanas. En el otoño de 1938 se generalizó la fortificación de posiciones de segunda línea nacionales, y en ese impulso se inscriben los fortines de este sitio.
A partir de los años 50 comenzó a instalarse población gitana en los fortines, sobre los cuales construyeron chabolas. El cerro pasó a llamarse de la Mica y fue un referente en el tráfico de drogas, delincuencia y marginalidad madrileña en los años 80 y 90. Entre 1996 y 1998 el Ayuntamiento evacuó estas chabolas para construir la Cuña Verde de la Latina, parque en el cual son hoy visitables.
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