El telégrafo óptico tuvo un desarrollo tardío en España, de forma que se instaló a mediados del siglo XIX. Las turbulencias, el estado de guerra civil casi permanente y el bandolerismo endémico llevaron a que las estaciones repetidoras estuviesen fortificadas, siendo en realidad pequeños fortines. La torre del Retiro era la cabecera de la Línea de Andalucía y no sigue el modelo habitual de torre-fortín siseñado por Mathé. Es un castillete historicista sin utilidad real defensiva. Las torres estaban diseñadas para poder defenderse en descampado, pero esta, situada dentro de Madrid no tenía esa función real y fue diseñada como una fortaleza medieval historicista.
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